lunes, 21 de enero de 2008

Bostcards

Hablar con esa prostituta rusa;
no recordar su nombre pero sí su dignidad.

Compartir los sueños de aquella rubia eterna;
con su guitarra tras la barra de un bar.

Escuchar la poesía de los amigos
junto a cucarachas alfabetizadas.

Volver a creer en las propias ideas
e intentar transformarlas en realidades.

Caer en el pecado original una madrugada cualquiera,
arriesgando futuras sonrisas.

martes, 15 de enero de 2008

despaciiiito

.esunsinsentido. Vamos a empezar despaciiiito, así, tranquilitos. Porque tampoco es la idea asustar a naides, no quiero que os acojonéis. No sé si es tan importante lo que tengo para contarles, en algún modo es simplemente el principio de una historia, o el final de otra antigua. No lo tengo tan claro. Pero bueno, ahí vamos… Ufffff, respiro hondo, medito las palabras… Escribo algo pero enseguida lo borro porque no me convence. Ufffff… Qué jodido es esto. Junto valor, me la banco, tengo que ponerle huevos a esta situación.

Ayyyyyyy… Es que no me animo, estoy ‘timidón’, viste? “Obvio, gordiiii, sho te re-entiendo!” Bueno, sí, ya me estoy yendo al carajo, lo sé. ¿Y qué? ¿Algún problema? Vení a decírmelo a la cara si te animás. Tranqui, no te calentés. No me mires así… No sos vos, soy yo… Es que necesito pensar bien cómo decirlo… Uffffff… Bué. Ahí va: “Hola”.

Sí, eso es lo que tenía para contarles. ¿Qué pretendían? Si quieren literatura cómprense el último de Harry Potter o vayan a ver la peli del amor en los tiempos del cólera, pero a mí no me jodan, ok?

Perdón-perdón-perdón… Estoy algo agresivo, será el exceso de jamón crudo. No, no lloren, de verdad, perdón, se me parte el alma…

Bueno, para terminar (teniendo en cuenta que estoy semi-retirado de esto de la escritura) un gran poema de Roberto Juarroz (argentino chavales, MUY recomendable, tengo su poesía completa en mi mesita de luz, como las biblias en los moteles):

Pienso que en este momento
tal vez nadie en el universo piensa en mí,
que sólo yo me pienso,
y si ahora muriese,
nadie, ni yo, me pensaría.

Y aquí empieza el abismo,
como cuando me duermo.
Soy mi propio sostén y me lo quito.
Contribuyo a tapizar de ausencia todo.

Tal vez sea por esto
que pensar en un hombre
se parece a salvarlo.


Señoras y señores. Si alguna parte de su interior se ha sentido conmovida minúsculamente por estos versos, tenedlo en cuenta. Participad en este blog, no estaría mal dejarse unas líneas cada tanto, un breve o extenso comentario, un denso o leve pensamiento, una tenue o potente adjetivación. Hasta luego.

viernes, 11 de enero de 2008